miércoles, 11 de enero de 2017

APRENDER ES NO OLVIDAR

Vivir no es sólo producto de la acumulación de años. Vivir y no pasar desapercibido por esta vida no es llamar la atención por tener, ser ocurrente, famoso o adinerado. Vivir es tener experiencias y aprender. Porque experimentar, vivir y sentir vivimos tod@s. Pero aprender y estar dispuesto a hacerlo y enseñar cómo, no tod@s están dispuesto a hacerlo. Vivir no es tener experiencias fascinantes, o viajar por moverse sólo de un lugar a otro, vivir y honrar la vida es aprender. Es aprender a escucharse uno mismo y ser sincero con el corazón. Es saber aprender de los propios errores para no volver a tenerlos. Vivir es aprender. Porque pensar que no tenemos más nada que hacer o aprender significa morir. Significa matar. Pensar que no queda otra posibilidad y aceptar las cosas como son significa resignación, porque todo, hasta lo bueno, se puede mejorar. Nos quieren hacer creer que todo está perdido para imponernos la misma violencia de siempre, con otras palabras, con otros discursos, de un lado y del otro. Y nosotros y los niños en medio de la balacera. Ya no somos más la sociedad de la información, porque leemos diarios, escuchamos televisiones y radios que ya masticaron todo por nosotros. Y vos te informás y leés pero parece que de nada te sirve porque importa más opinar que actuar. Porque con solo saber y discernir hemos llegado al punto de que no nos importe de verdad. De verdad en la realidad y no en la virtualidad. Lo valioso ya no es más la información  ni lo que hacemos con ella. Lo valioso es tu atención. No te distraigas, porque cuando la puerta que tiren abajo sea la tuya, no vas a tener a quién pedir ayuda, porque el vecino de junto murió primero y vos no hiciste nada. Vivir y ser experimentado no es sólo transcurrir, es aprender. Aprender es hacer cosas nuevas para no quejarnos de que siempre vivimos lo mismo. ¿Cuántas cosas nuevas por día hacés? ¿Cuántas maneras nuevas de pensar ensayás? ¿Qué aprendiste hoy? ¿Qué enseñaste? Espero que las personas que han vivido las dictaduras y sus hijos, nos acordemos de esto con tiempo. Porque la época del miedo ya la vivimos, y hasta nuestros abuelos también. Pero ninguno cortó la cadena, porque parece que el miedo, la bronca de lo que no fue, y el no querer volver a repetirlo, hicieron por el contrario que cuando teníamos que hablar, calláramos. Cuando tenían que aconsejar dijeron no lo hagas, en vez de ayudar, y hacer juntos distinto. En vez de conciliarnos entre generaciones nos separamos. Parece que los jóvenes, y esto de seguro escuchaban de sus padres también, no sabemos lo que hacemos. Sí, sabemos lo que hacemos. Somos carne de cañón siempre por pensar diferente. Esa parte del hilo que se corta por lo más fino. La moneda de cambio del adulto que se cansó de aprender y por sus broncas y temores no quiere que el otro progrese, pero de verdad. Que haga lo que siente. Pero "tenemos que pensar en el futuro, con una mano en el bolsillo". "Con estudio". Si fuera por esto tendríamos que tener la vida resuelta, pero no; porque el mundo ya es ilógico. Ejemplo más claro y cercano es que tengo más de cinco títulos (lo cuál no significa nada), y sé más de tres idiomas y sigo sin casa propia (y sin futuro de tener un lugar que gane con el fruto de mi trabajo ni a mediano ni largo plazo) y con hambre, y no por falta de querer trabajar, porque hasta me han exigido y nos han exigido ser siempre eficientes, creativos, los mejores y que se yo cuantas mierdas más, y si no tengo trabajo me lo invento para no ver que estoy desocupado o precarizado por el mismo Estado y los mismos gobiernos que dicen defenderme, y que te recuerdo son tus "socios" en las buenas y en las malas, y que nunca nos dieron a elegir. Y esto tampoco quiere decir nada. Porque aprender es saber ser humilde, y pensar que falta mucho más. Hoy parece que más que nunca "Cambalache" está de moda. Aprender no es sólo escuchar, aprender no es sólo conocer y responder bien o "correctamente" una pregunta. Aprender es eso que me enseñaron en la escuela, en la calle, en mi casa, y los amigos: es ayudar. Vivir es aprender y estamos para ayudar. Lo demás es puro cuento como este relato que escucho siempre en mi cabeza y me gusta recordar. Aprender es no olvidar.

PD: Este relato va dedicado a mis maestr@s, a los amores, a los médicos, a los profesores, y a todo aquel que no ha pasado inadvertido en mi vida, empezando por mis padres, y siguiendo por todos los demás porque a pesar de tener una familia tradicional cómo tantas otras y a pesar de no compartir los mismos pensamientos o formas de acción hoy puedo escribir esto porque al nacer me han dado la oportunidad.